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domingo, 21 de abril de 2013

Taller de Rayguns al Museo MIBA.

En el mes de noviembre, y a raíz de la exposición “Steampunk, futuros que nunca fueron”, me solicitaron realizase un taller de dos horas para la creación de Rayguns para niños. Aunque se tenía intención de realizar otra para adultos, esta última no se realizó, por motivos externos al tallerista.
Para este segundo taller, para adultos, se realñizó la rayguen en dos horas que se puede ver en el artículo Raygun para taller del Miba

Este taller para los niños, lo principal era que viesen que con lo poco que podían tener, con materiales reciclados y con mucha imaginación, se podían hacer autenticas maravillas, en este caso armas ficticias de rayos.
Lo primero que se hizo fue que tomaran contacto con este material de reciclado y que escogiesen el tipo de botellas que quisiesen ya que sería la base del cuerpo de las Rayguns.
Una vez escogido el material para sus armas, se pasó a la fase de diseño y montaje

Como suelo considerar siempre, más por experiencia que por alguna norma escrita, los menores de 14 años no deben usar cuchillas sin autorización de sus tutores, procedía a realizar yo los cortes, allí donde los alumnos me indicaban querían el mango del arma, que este era enganchado con cola térmica, también usada por mi por el mismo motivo indicado anteriormente, para evitar accidentes por desconocer los peligros que pueden conllevar este tipo de herramientas.
Tal como me iban diciendo donde enganchar y donde cortar, al final se empezaba a ver el diseño que cada uno de los pequeños alumnos, pero de gran imaginación, había creado en sus mentes.
Todo el taller siempre estuvieron presentes los padres de los niños, los cuales comprobaron, muy satisfechos, de la gran imaginación de sus infantes.
Llegado ya el punto en el que la forma básica de las armas ya estaban creadas, fue cuando saqué lo que yo denomino, “mi cobre de los tesoros”, una caja de herramientas llena de piezas que, como todo buen maquetista, posee de alguna manera, con cantidades variables, en la que vamos guardando todo aquello que cae en nuestras manos y que creemos que “podrían” ser susceptibles de ser usados “en algún momento” (trozos de juguetes rotos, piezas de antiguas maquetas, elementos de plástico que podemos ver en la calle tirados, cualquier cosa de uso cotidiano que por su forma podemos considerarlo como candidato a este cajón,…).
Y si hasta ese momento los muchachitos estaban algo tímidos, en ese momento la timidez desapareció y desparramaron todo el contenido sobre la mesa de trabajo y empezaron a elegir piezas para añadir a su arma, para darle ya esa forma definitiva que en su gran imaginación habían concebido.


Pero no sólo los niños disfrutaron con este cajón de los tesoros, algunos de los padres, viendo la cara de disfrute de sus retoños, también se lanzaron sobre él como un niño más, para colaborar en las creaciones de los suyos.
Una vez elegidos los nuevos elementos, se vuelve a proceder a cortar y enganchar allí donde los pequeños creadores me indicaban.



Y si antes la forma general ya estaba bien definida, ahora con los detalles, se podían ver  cual era la forma definitiva de cada una de las Rayguns. Incluso descubrieron nuevas utilidades para elementos de uso cotidiano.

 

Una vez ya montadas todas las piezas en las pistolas de rayos, se procede ha pintar una capa de imprimación negra, para homogeneizar todo lo añadido y que, al ser todo de un único color, pueda verse claramente la forma definitiva del arma.



Al final, con las armas creadas e imprimadas de negro, los niños, más felices que si se hubiesen regalado una consola de video juegos, empezaron a jugar y posar para las fotos. Ya sólo faltaba que en casa las pintasen con los colores y tonos que deseasen.



Saludos.
Salva Rosselló

NOTAS: 
- Por temas legales sobre la protección del menos, se ha optado por distorsional la cara de los infantes.

Fotografías:
- Realizadas Por Victor del grupo fotográfico ZÔ3 de Barcelona.